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Piel seca: 5 consejos para su cuidado

Aunque prácticamente el 70 % de las personas, si les preguntamos, nos responden que su piel es mixta y sensible, también existen pieles secas y muy secas, que deben tratarse de forma específica. Y no es cierto que a la piel seca le vaya bien cualquier tratamiento, o con sólo una hidratante sea suficiente. Hay pieles secas que son difíciles de tratar porque se deshidratan fácilmente, o son sensibles y muy finas, o tienen tendencia a secarse en exceso y presentar zonas descamadas o enrojecidas.

Por eso, hoy os propongo unos consejos específicos para el cuidado de la piel seca, que considero fundamentales en la rutina diaria y semanal.

¿Qué define a una piel seca?

Una piel seca se caracteriza por tener un bajo nivel de lípidos superficiales, lo que no significa que esté deshidratada o con un bajo porcentaje de agua, pero si no la hidratamos correctamente, es fácil que se deshidrate.

Por tanto, la clave es mantener sano y en buenas condiciones el manto hidrolipídico en este tipo de pieles. Y un factor clave que debemos considerar el mantenimiento de la integridad de la piel seca, es el aporte nutricional de los macronutrientes como los ácidos grasos esenciales.

  1. Nutrientes imprescindibles para la piel seca: la nutrición forma parte fundamental del cuidado de la piel y cada nutriente tiene unas funciones en su metabolismo. Conocemos la importancia de los antioxidantes, sobre todo los meses de verano, por el alto nivel de oxidación celular debido a la radiación UV solar y también a la contaminación. Y sabemos que algunos minerales y vitaminas son esenciales para el buen funcionamiento de la piel y sólo podemos aportarlos a través de la dieta. En el caso de la piel seca, para favorecer el buen estado del manto hidrolípidico, es importante una dieta que contenga ácidos grasos esenciales de las series omega-6 y omega-3, especialmente ácido linoleico y ácido gamma-linolénico (ambos de la serie omega-6) y el ácido linolénico y sus derivados EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico), todos ellos de la serie omega-3. Podemos consumirlos en alimentos como el atún, salmón, aceite de onagra, aceite de borraja, etc… Y también podemos incorporarlos a la dieta con nutricosméticos, por lo que las cápsulas solares de Ladival son un complemento alimenticio ideal para este tipo de pieles, por su composición rica en antioxidantes, activos funcionales y ácidos grasos esenciales.

No sólo son adecuadas durante los meses de verano, sino también, después del verano para reparar y proteger la piel desde el interior, ya que es el órgano más grande del cuerpo y necesita unos nutrientes específicos para estar saludable y eso se reflejará en su buen aspecto.

  1. Mascarillas: para mí son un paso fundamental (no un complemento) en todas las rutinas dermofarmacéuticas faciales que recomendemos. Pero en el caso de las pieles secas, todavía suponen un punto más esencial porque aportamos nutrición e hidratación extra a la piel y muchos activos que ayudan a repararla y mejorar la luminosidad y textura. Las mascarillas faciales hidratantes y nutritivas un par de veces por semana, suponen una gran diferencia en el cuidado de la piel seca, respecto a las que no las utilizan. Ya que ayudan a la reparación de la barrera cutánea y van a aportar activos como aceites vegetales, que proporcionarán lípidos también a nivel superficial. Por lo que, con las cápsulas y las mascarillas, estaremos cubriendo las necesidades de la piel por dentro y por fuera. Y este tratamiento doble, favorecerá el buen funcionamiento de la piel y mejorará su aspecto.
  1. Hidratación-nutrición: el tratamiento que utilicemos a diario, hidratante o antiedad, debe aportar hidratación a la piel y también nutrición, preferiblemente aplicaremos una crema a una emulsión por su mayor porcentaje de fase oleosa. Y por tanto, que contenga activos que garanticen un nivel óptimo de hidratación; como ácido hialurónico, proteoglicanos, etc… Y también aceites vegetales, ceramidas, o ácidos grasos esenciales, que aporten lípidos a la piel. Para mantener el correcto equilibrio de la barrera cutánea.
  1. Renovación celular: las pieles secas en ocasiones son finas y sensibles y otras también pueden ser más gruesas y ásperas. En cualquier caso, debemos utilizar semanalmente, o cada 15 días, en función de la edad y necesidades de la piel, un tratamiento que favorezca la renovación celular y la eliminación de células muertas. Por eso, adaptaremos esta rutina a nuestro tipo de piel. Utilizando exfoliantes físicos en el caso de pieles más gruesas, o enzimáticos en el caso de pieles más finas y sensibles. Los químicos, por ejemplo, a base de alfahidroxiácidos también pueden utilizarse en verano y en prácticamente todos los tipos de piel, ya que a bajas concentraciones tienen muy buena tolerancia y además favorecen la hidratación de la piel. Aunque los aplicaremos preferiblemente por la noche, en general, noches alternas y utilizando siempre un protector solar durante el día.
  2. Protección solar: también debemos seleccionar un protector solar adecuado a este tipo de piel. Podemos encontrar texturas ligeras o más cremosas, según lo que nos resulte más agradable, y que sean compatibles con este tipo de piel. Evitando aquellos que contengan activos seborreguladores o matificantes, porque pueden resecar la piel en exceso.

Espero que os haya resultado interesante y os espero en próximas entradas del Blog Ladival.

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