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¿La piel tiene memoria?

Foto de Kindel Media en Pexels
Cómo afecta el abuso del sol en la infancia a largo plazo y cómo prevenirlo

El sol ilumina nuestro alrededor, y por eso estamos expuestos a diario a su radiación. Esta cotidiana insolación hace que nuestra piel acumule daños, por ejemplo, al caminar por la calle, conducir, tomar algo en una terraza, o pasar el día en el campo o la nieve.

Cuando se dice que la piel tiene memoria se hace referencia a la manifestación de la acumulación de agresionesque sufre a lo largo de la vida. Estos daños tienen diferentes niveles de gravedad. En las más intensas, aparecen rojeces (quemaduras) en partes que hayan sido expuestas al sol. Ganan seriedad cuando la piel se desprende en forma de pellejitos, y mayor peligro cuando se generan ampollas.

Tal cúmulo de agresiones en la piel se traducen en pequeñas mutaciones en el ADN, la mayoría de las cuales son reparadas o gestionadas (muerte celular) por el mismo organismo. Sin embargo, llega un punto en que el cuerpo no tiene la capacidad de resolverlas y por tanto sufre consecuencias altamente negativas. Por lo tanto, la piel tiene memoria.

 

¿Si en la infancia se abusa del sol, pueden aparecer efectos negativos en la adultez?

Efectivamente, pero tranquilo, no estás solo. Desde no hace tanto, protegerse con una crema FPS 8 o 10 era lo común debido a la falta de desarrollo en las fórmulas de los protectores. Además, la piel bronceada ha sido y es un estándar de belleza en las culturas occidentales. No obstante, hoy en día hay más información al respecto del peligro del sol y mejores formulaciones en los productos de protección solar.

Volviendo a la pregunta, si en los primeros 7 años de vida una piel sufre daños por la exposición solar, tendrá una mayor tendencia a las anteriores afecciones. Por ejemplo, la aparición de más manchas o arrugas años después de agresiones continuadas, fotoenvejecimiento precoz o incluso la formación de cáncer de piel.

Numerosos estudios muestran que protegerse del sol en los primeros 7 años de vida se correlaciona con una menor incidencia de cáncer de piel.

En suma, la solución es simple: Hay que proteger la piel con fotoprotectores 50+, y también mantenerse en la sombra, usar ropa y complementos que cubran la piel del sol. Y, sobre todo, cuidar de la piel de los más pequeños, porque la piel tiene memoria.

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