La exposición a la luz solar puede tener efectos negativos en nuestra piel. Para evitarlos, una de las medidas más efectivas es utilizar cremas solares. En este post, explicamos qué aspectos debemos considerar cuando elegimos un protector solar.
Exposición solar y fotoprotección
La luz solar es beneficiosa para nuestra salud: estimula la producción de vitamina D, tiene un efecto positivo sobre el estado de ánimo y mejora algunos problemas cutáneos como la psoriasis o la dermatitis atópica. Sin embargo, una exposición solar excesiva puede ser perjudicial, principalmente por efecto de la radiación ultravioleta de tipo A y B (UVA y UVB). Los rayos UVA pueden provocar el envejecimiento prematuro de la piel, favoreciendo la aparición de manchas y arrugas, mientras que los rayos UVB son los responsables de las quemaduras solares. Además, ambas radiaciones contribuyen a la aparición de cáncer de piel. Por otra parte, la radiación infrarroja A (IR-A) del sol puede alcanzar capas más profundas de la piel que los rayos UVA o UVB y causar daños en el ADN.
Para prevenir los efectos nocivos de la luz solar sobre nuestra piel, es importante protegerla del sol siguiendo unas pautas básicas: evitar las horas punta (entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde), cubrir la piel con prendas de vestir y utilizar una crema solar adecuada a cada tipo de piel.
Elección de la crema solar: ¿qué debemos tener en cuenta?
A la hora de escoger un protector solar, debemos tener en cuenta los siguientes factores:
- El factor de protección solar (FPS) de la crema, que mide la protección de la piel frente a la radiación UVB. El FPS más adecuado dependerá de nuestro fototipo y de otros factores como la altitud, la latitud y la hora del día. Los fototipos permiten clasificar nuestra piel en función de su capacidad de respuesta frente a la radiación UV:
- Fototipo I: se quema fácilmente, no se broncea
- Fototipo II: se quema fácilmente, se broncea pocas veces
- Fototipo III: se quema moderadamente, se broncea de forma progresiva
- Fototipo IV: se quema poco, se broncea bien
- Fototipo V: raramente se quema, siempre está bronceada
- Fototipo VI: se quema muy raramente, piel muy pigmentada
Cuanto menor sea el fototipo, más fácilmente se quemará la piel, por lo que será necesario usar una crema con mayor FPS. Generalmente los expertos recomiendan que el protector solar tenga un FPS igual o superior a 30.
- Filtros solares. Son los ingredientes que previenen las quemaduras y otros efectos perjudiciales de la radiación solar. Suelen englobarse en tres grandes grupos:
- Físicos (minerales): actúan como una barrera física, dispersando la radiación UV (A y B), la luz visible y la infrarroja. Se toleran muy bien, por lo que son una buena opción para los niños pequeños y, en general, para las pieles sensibles. Normalmente, dejan una película blanca sobre la piel.
- Químicos: Actúan absorbiendo la radiación UVA y/o UVB, transformándola en radiación térmica. Suelen ser incoloros y muy bien aceptados.
- Biológicos: Por sí solos no protegen de la radiación. Son antioxidantes que combaten los radicales libres formados por las radiaciones solares. (COFB)
- Fotoprotección de amplio Esto significa que la crema solar no solo protege de la radiación UVB, sino también de otro tipo de radiaciones del espectro energético, como los rayos UV-A o los IR-A los rayos UVA.
Cuando un protector solar es efectivo contra los rayos UV-A, viene indicado en el envase (letras “UVA” en el interior de un círculo).
- Resistencia al agua. Cuando evaluamos un protector solar para un uso corporal, otro factor importante en la elección es su capacidad de permanecer en la piel al entrar en contacto con el agua. Aquí conviene distinguir dos tipos de productos: los water resistant (resistentes al agua) y los water proof (muy resistentes al agua). Con los primeros, se mantiene un 70% de fotoprotección después de 40 minutos de inmersión (2 baños de 20 minutos cada uno); en cambio, con los segundos, la fotoprotección resiste el doble (4 baños de 20 minutos). Es importante no confundir estos términos con wetskin, que no se refiere a la resistencia al agua, sino a los productos que pueden aplicarse sobre la piel mojada.
- Existen diferentes tipos de fotoprotectores según su textura. Los más destacados son:
- Son una buena opción para las pieles secas y para el rostro.
- Lociones y sprays. Tienen una textura más ligera que las cremas, por lo que son más fáciles de aplicar en zonas extensas.
- Son ideales para zonas con mucho vello o para pieles más grasas.
- Suelen utilizarse para aplicar en zonas sensibles, como cicatrices.
Resumiendo, al escoger un protector solar, es importante fijarse en el FPS, la protección contra las radiaciones UVA e IR-A (además de las UVB), en la resistencia al agua y en su textura. No obstante, sea cual sea el producto elegido, es importante recordar cómo aplicar la crema solar para que esta sea efectiva.