La piel sensible o intolerante es la piel que reacciona de una forma distinta a una piel normal. Es decir, es hiperactiva, puede experimentar sensaciones de cosquilleo, calor, quemazón, hormigueo, picor, la mayoría de veces de manera intermitente. Estas sensaciones de incomodidad también pueden ir acompañadas de enrojecimientos. Son síntomas derivados de la exposición a estímulos internos externos que normalmente no deberían causar irritación, la radiación solar, cambios bruscos de temperatura, estrés, productos cosméticos irritantes o adecuados.